27.3.12

Los aditivos

Los aditivos ¿Es seguro lo que comemos?
Fecha del artículo 29/5/2009 / Fecha de alta en Natural 29/5/2009
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Conservantes, emulgentes, colorantes, antioxidantes, potenciadores del sabor, aditivos en una palabra ¿son realmente necesarios? Si nos paramos a leer las etiquetas de los alimentos el panorama es descorazonador, por llamarlo de alguna manera. ¿Son realmente necesarios? ¿Es imprescindible que algunos alimentos contengan hasta 12 aditivos? La respuesta es NO.

Todos estamos de acuerdo en que debe haber seguridad alimentaria, el problema es que muchos aditivos no son necesarios y, además perjudican nuestra salud.

¿Por qué un pan de molde contiene en muchos casos ocho, incluso más, aditivos? Es absolutamente irracional, podemos pasar, por alto que los conservantes se utilicen para prolongar la frescura del producto, pero colorantes, complementos panarios, vaya usted a saber que contienen, en la mayoría de los casos no se especifican.

Me temo que la proliferación, que existe actualmente, de aditivos empleados en la mayoría de los productos alimentarios, se basa únicamente en el abaratamiento del producto. Se utilizan materias primas de pésima calidad, así la ganancia será mayor, cuanto peores son las materias primas, más aditivos contienen. Dicho de otra manera, nos venden productos de baja calidad infectados de aditivos para conseguir que el resultado final sea un producto con buen aspecto, apetecible, con colores atractivos y sabores agradables.

Pongamos como ejemplo, un yogur con sabor a fresa. El color es ficticio, ya que no contiene fresas, el sabor no es real por lo mismo que antes, el olor tampoco es real por el mismo motivo. Entonces que nos queda de un yogur sabor a fresa, para empezar la leche es semidesnatada, el color es un colorante, el sabor es un saborizante y el olor es sintético. Lo único salvable son las bacterias lácticas que contiene.

El problema de muchos aditivos es que son tan comunes en todos los productos que comemos, que a lo largo del día si los sumamos todos son una cantidad nada despreciable. Muchos de ellos se eliminan fácilmente, en cambio otros se acumulan en nuestros tejidos adiposos, riñones, hígado etc. Minan nuestra salud y a largo plazo la perjudican seriamente. Nunca como ahora, se han detectado tantas enfermedades graves, cada vez en gente más joven. Resulta paradójico que con la higiene que hay actualmente, tanta gente sea asmática, tenga problemas de fertilidad y haya tantas personas alérgicas. No creo que al cien por cien tenga la culpa los alimentos que tomamos, debemos tener en cuenta la calidad del aire, el agua y el entorno en que vivimos, pero si un porcentaje muy alto.

Tengamos en cuenta que cuando compramos un alimento fresco sin manipular, como unos calabacines, para empezar, llegan al distribuidor de turno con una buena carga de pesticidas, herbicidas y toda clase de productos químicos, claro está, para que la cosecha sea abundante. Si éste distribuidor pertenece a una cadena de supermercados, lo primero que hace es empaquetarlos, pero no de cualquier manera no, añadiéndole más aditivos antes del empaquetado, con el fin de alargar la vida del producto y, en la mayoría de los casos emplear más aditivos para que los calabacines sean de un verde resplandeciente.

¿Desde cuando una lechuga dura fresca dos semanas en la nevera? Estamos hablando de productos frescos y sin elaborar, dejaremos para otro día los alimentos elaborados. Si han tenido la suerte de cortar una lechuga en el huerto, estarán de acuerdo, que si no la consumes al día siguiente o como mucho a los dos días, aunque se conserve en la nevera, la lechuga está totalmente fláccida, claro está, si es natural, o como se llama ahora, ecológica. Pues ahora señores y señoras las lechugas empaquetadas duran más de dos semanas frescas si se conservan en la nevera. Podríamos poner cientos de casos más y, no dejaríamos de sorprendernos.

Estamos hablando de todas las sustancias que nos entran por la boca pero, se han parado a pensar lo que nos entra por nuestra piel. Ella no tiene riñones, hígado ni nada que ayude un poco. Lo que penetra por la piel es más nocivo a veces, que lo que entra por la boca. Si resulta descorazonador leer las etiquetas de los productos alimenticios, leer las etiquetas de algunos productos cosméticos y de higiene personal, pone los pelos de punta. Los champús, geles de baño, cremas para la cara y el cuerpo. Da igual que sean de farmacia o de centros comerciales, si son para adultos o niños, se están empleando aditivos que se conocen sus efectos secundarios y, otros como es el caso de los parabenos, no se conocen. Me puede alguien explicar por qué los parabenos, que se supone son cancerigenos, se utilizan en la mayoría de productos para la higiene personal. Algunos dicen, los defensores claro, que no se ha demostrado que sean cancerigenos, claro que no, pero tampoco que no lo sean, entonces por qué utilizar un aditivo del que no se conocen sus efectos secundarios. Lo normal seria hacer un estudio exhaustivo sobre los parabenos y descartar definitivamente si son cancerigenos o no. Parece que no conviene, las industrias químicas son muy poderosas. Yo creía, mucha gente así lo cree, que para que un producto entre en el mercado, tiene que haber un amplio estudio previo, el resultado tendría que ser que es apto para los fines que se utiliza, sin perjudicar la salud de las personas.

Lo primero que debemos saber es la obligatoriedad de incluir en la composición de los alimentos elaborados los aditivos que contiene.
En la siguiente lista puede haber discrepancias, lo único claro es que son datos publicados anteriormente por universidades, centros de investigación y revistas especializadas.
En el manual de Esteban Cabal «Guía de los aditivos usados en alimentación» hay amplia información sobre todos los aditivos utilizados en España. Mandala Ediciones.
Esta lista es un resumen de ellos.

COLORANTES

E 100 – Curcumina
En experimentos con animales se detectaron efectos secundarios sobre la glándula tiroidea.
E 102 – Tartrazina
Es el colorante amarillo. Puede provocar reacciones alérgicas en personas asmáticas y transtornos del sueño en los niños.
E 104 – Amarillo de quinoleína
Origen sintético. Puede provocar reacciones alérgicas.
E 110 – Amarillo naranja
Puede provocar reacciones alérgicas.
E 120 – Ácido carminico
Puede ser perjudicial sobre todo para los niños. No se debe mezclar con analgésicos.
E 122 – Azorrubina. Colorante rojo
Puede provocar reacciones alérgicas. En experimentos con ratones, se observaron linfomas y tumores.
E 123 – Amaranto
Puede provocar reacciones alérgicas. Algunos investigadores Rusos indicaron que puede producir cáncer.
E 124- Rojo cochinilla
Puede provocar reacciones alérgicas. Posible efecto cancerígeno en ratones.
E 127 – Eritrosina
En cantidades elevadas puede causar hipertiroidismo y fototoxicidad.
E 129 – Rojo 2c
No se conoce si puede afectar al metabolismo.
En España se autoriza para dar color artificial a las carnes.
E 131 – Azul V
Puede provocar reacciones alérgicas y urticaria.
E 133 – Azul FCF
En cantidades elevadas puede acumularse en los riñones y vasos linfáticos.
E 150a E 150b E 150c E 150d. Caramelo
Es el colorante más utilizado. Se produce con amoníaco, provoca alteraciones sanguíneas y deficiencia de vitamina B6 en experimentos con ratas.
E 151 – Negro brillante
Puede provocar reacciones alérgicas. Por acción del calor puede convertirse en tóxico.
E 154 Marrón FK.- E 155 Marrón HT
En altas concentraciones puede acumularse en los riñones y vasos linfáticos.
E 161b – E 161g – Xantofilas
Colorante amarillento o naranja. Se utiliza en píldoras para el bronceada rápido, como efecto secundario se observaron manchas en la retina y problemas oculares. Se utiliza en el alimento de truchas y salmones. En las gallinas para conseguir yemas de color más intenso en los huevos.
E 171 – Dióxido de titanio
De origen mineral. Puede bloquear la respiración celular, en especial en los riñones e hígado.
E 173 – Aluminio
En cantidades elevadas puede resultar peligroso.

EDULCORANTES

E 951 – Aspartamo
Ha sido acusado de provocar tumores cerebrales y ceguera.
E 952 – Ciclamatos
Podrían tener propiedades cancerígenas y efectos mutágenos.
E 954 – Sacarina
Puede provocar cáncer.

CONSERVANTES

E 200 – Ácido sórbico
Según investigadores japoneses podría tener efectos mutágenos.
E 210 al 213 ácido benzoico y sus sales
Pueden producir problemas neurológicos si se combinan con sulfitos (E 220 al E 228).
Cuando se mezcla con algunos colorantes puede provocar asma y urticaria.
E 230 al E 233 – Difenilo y sus derivados
Se aplican sobre las frutas para dar brillo. Pueden producir afecciones renales y hepáticas.
E 249 al 252 – Nitratos y nitritos
Pueden destruir los glóbulos rojos. Forman nitrosaminas, por lo que han sido acusados de cancerigenos.

ACIDULANTES, ANTIOXIDANTES, ESTABILIZANTES, POTENCIADORES DEL SABOR

Los antioxidantes BHA y BHT (E 320 y E 321)
Pueden aumentar el colesterol y producir alergias. Se acumulan en el organismo y pueden provocar tumores en el hígado.
E 330 – Ácido cítrico
Puede provocar urticaria.
Los fosfatos E 338 al E 341
Puede producir desordenes digestivos y descalcificación en los niños.
E 400 al 405 - Ácido algímico y sus sales
Pueden bloquear la asimilación de minerales.
E 407 - Carragenato
Se une a la mucosa del estómago debilitándolo ante bacterias. Bloquea la digestión de las proteínas.
E 477 – Esteres de propano
Puede provocar cálculos renales.
E 500 al E 504 – Carbonatos
Consumidos en grandes cantidades pueden producir gota.
E 574 – Ácido glucónico
Prohibido en algunos países porque provoca una maduración fraudulenta de los embutidos.
E 620 al 625 – Glutamatos
Pueden provocar la enfermedad de Kwok (síndrome del restaurante chino).


En relación a los aditivos cosméticos las leyes obligan a reflejar todos sus componentes en las etiquetas. El problema principal es que es un galimatías de siglas y sustancias que son ininteligibles para la mayoría de los usuarios.
Vamos a intentar dar algunas pautas para hacer más fácil su comprensión.
La piel es el órgano más extenso del cuerpo, desempeña varias funciones:
• Ayuda a la regulación de la temperatura corporal, también regula la pérdida de agua en el cuerpo.
• La piel tiene propiedades excretoras, secretoras y de absorción.
Los aditivos cosméticos son absorbidos por la piel y llegan a través de los capilares a la corriente sanguínea. El uso diario de los cosméticos, por ende, sus aditivos, producen una acumulación de estas sustancias, provocando una carga extra de trabajo sobre todo para el hígado y riñones, que son los encargados de depurar y eliminar las toxinas.
La piel tiene un equilibrio bioquímico que no debemos alterar.
La Doctora Ángela Olaru en su artículo sobre aditivos utilizados en los productos cosméticos, deja claro las consecuencias negativas de ciertas sustancias. Entre otras cita las siguientes:

Aditivos cosméticos cancerígenos
• BHA, BHT (hidrotolueno butilado).
• Imidazolinydy, diazolinydylurea (derivados de formaldehyde).
• Quaternium 15.
• DMDM hydantoin.
• 2 – bromo – 2 nitropropan- 1,3 – dial (bronopol).
Phenylenediamine, propylene glycol, resorcinol.

Perfumes sintéticos
Pueden contener entre otras sustancias:
• Tolueno. Provoca asma y es neurotóxico.
• Cloruro de metileno.
Talco. Inhalado, es muy tóxico.
Octyl dymethyl PABA, puede causar la formación de nitrosamina (es cancerigena).
Isopropyl, DEA, MEA, TEA pueden causar la formación de nitrosamina.

Aditivos cosméticos que pueden provocar alergias y fotosensibilidad.
• Methylchloroisolinone.
• Methylsothiazolinone.
• Derivados del petróleo.
• Paraffinum liquidum, vaselina, body oil.
• Sodium laurylsulphate (sls).

Ya hemos comentado anteriormente que en cosmética se utiliza como conservante los parabenos, nada aconsejables. El término parabenos es genérico y existen varios tipos como metil, propil, etil y butil, seguido de la palabra parabeno, paraben en inglés, ya que así suele aparecer en las fórmulas. Los parabenos pueden producir dermatitis de contacto, es decir, una vez ha penetrado en el cuerpo interfieren con el sistema endocrino. Según una reciente investigación realizada por la universidad de Reading (Inglaterra), se encontró parabenes en muestras de tumores de mama. Es posible que se acumulen en las células cancerigenas. De todas formas por precaución es aconsejable evitarlos hasta que se demuestre definitivamente su supuesta peligrosidad.

Muchas veces ha ocurrido, que después de décadas utilizando un producto químico, demasiado tarde se descubrió que era altamente perjudicial para la salud.

No debemos convertir nuestra alimentación en una obsesión, con pequeños gestos podemos evitar ingerir aditivos perniciosos. Un simple vistazo a la composición de los alimentos nos proporcionará la información que queremos. Hay muchos productos que no contienen aditivos, los de origen biológico, si los llevan son los más suaves y menos dañinos.

Si no podemos comprar productos biológicos, debemos elegir aquellos que en su composición contengan la menor cantidad de aditivos.

Respecto a los productos de higiene personal podemos seguir las mismas pautas. La cosmética Bio no es más cara que la convencional, dependiendo de las marcas, resultan mucho más baratas.

Los consumidores informados podemos hacer que los productos cambien, tenemos derecho a alimentos sanos y de confianza, el poder está de nuestra parte.

Lo paradójico es que todos estos aditivos se pueden utilizar, conociéndose en muchos casos que tienen efectos secundarios. Los fabricantes se limitan a poner la información en sus etiquetas, que es lo que la ley obliga y, nada más, usted elige y consume. Como en las cajetillas de tabaco, advierten que fumar perjudica la salud, pero no prohíben los aditivos que contiene.

Lo que definitivamente debería cambiar es la información, en los medicamentos viene detallados todos los componentes y aditivos, especifica los efectos secundarios. Podemos poner un ejemplo, en un medicamento que contiene como conservante benzoato sódico, se añade que puede causar reacciones alérgicas.

¿Para cuando la misma legislación en alimentación y cosmética? o mejor aún, por que no limitar la utilización de los aditivos más dañinos.

Mar Gómez
Profesora de ITIEE y escritora

Revista Verano 2009

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Dr. JUANJOSE FAJARDO BENAVIDES.
médico cirujano colegiado
médico Dermatólogo
médico Homeópata
CMP 23041 -  RNE 9489
Homeopatia,el tratamiento para curarse
sin efectos adversos:

Nutrición Salud Energía Control de Peso:
Dermatologia, tratamientos y cuidados de la piel:

20.3.12

Los peligros del Microondas Radiación electromagnética Efectos cancerigenos

Al cocinar con microndas se forman carcinógenos en los alimentos ... <>


 



Los peligros ocultos de cocinar con microondas.

Más del 90% de los hogares norteamericanos tienen horno microondas que se utilizan para preparar las comidas. Debido a el microondas es tan cómodo y ahorra energía en comparación con los hornos convencionales, son muy pocos los hogares o restaurantes que no lo usan. En general, la gente piensa que sea lo que sea que un microondas haga para cocinar los alimentos, no tiene efectos negativos ni sobre la comida ni sobre los que la comen.
Resulta obvio que si el microondas fuera nocivo de verdad, las autoridades nunca permitirían que se vendieran en el mercado. ¿No es así? ¿Permitirían su venta? Con independencia de lo que oficialmente se haya dicho en relación a los microondas, nosotros (los autores de este artículo) en particular hemos dejado de utilizarlos basándonos en las investigaciones referidas en este artículo.
El propósito de este informe es dar prueba, demostrar que cocinar con microondas no es natural ni sano y que es mucho más peligroso para el cuerpo humano de lo que nadie podría imaginar.
No obstante, los fabricantes de microondas, los políticos de Washington y la naturaleza humana elemental están suprimiendo los hechos y las evidencias. Debido a esto, la gente sigue cocinando con microondas - bendita ignorancia - sin conocer los efectos y el peligro de lo que hacen.
¿Cómo funciona un microondas?
Las microondas son una forma de energía electromagnética, similares a las ondas de luz o de radio y que ocupan una parte del espectro electromagnético de la energía. En nuestra era tecnológica moderna, las microondas se usan para emitir señales telefónicas de larga distancia, programas de televisión e información de ordenadores a través de la Tierra o a un satélite en el espacio. Sin embargo, a la mayoría, las microondas no son más familiares como fuente de energía para cocinar alimentos.
Cada horno microondas contiene un magnetrón, es decir un tubo en el cual los electrones son afectados por campos eléctricos y magnéticos de tal forma que produce radiación de microondas de alrededor de 2450 megahercios (MHz) o 2.45 Gigahercios (GHz). Esta radiación de microondas interactúa con las moléculas del alimento.
Toda energía de onda cambia la polaridad de positivo a negativo con cada ciclo de la onda. En los microondas estos cambios de polaridad tienen lugar millones de veces cada segundo. Las moléculas de los alimentos -especialmente las moleculas del agua- tienen un polo positivo y negativo de la misma manera que un magneto tiene una polaridad norte y otra polaridad sur.
En los modelos comerciales, el horno tiene una potencia de entrada de alrededor de 1000 vatios de corriente alterna. Cuando estas microondas generadas desde el magnetrón bombardean los alimentos, hacen que las moléculas polares roten en la misma frecuencia millones de veces por segundo.
Todo este agitado crea una fricción molecular que calienta el alimento. Esta forma inusual de calentar también causa daños sustanciales a las moléculas circundantes, muchas veces rompiéndolas o deformándolas.
En comparación, las microondas del sol se basan en principios de corriente directa por pulsos (DC) que no crea calor por fricción; los hornos microondas usa corriente alterna (AC) y por lo tanto crean calor por fricción.
Un horno microondas produce longitudes de onda de energía puntiagudas, con todo el poder entrando en una sola frecuencia estrecha del espectro de energía. La energía del sol opera en una frecuencia amplia del espectro.
La longitud de onda determina el tipo de radiación, es decir, radio, rayos X, rayos ultravioletas, visibles, infrarrojos, etc.
La amplitud determina la extensión del movimiento medido desde el punto de inicio.
El ciclo determina la unidad de frecuencia, como por ejemplo, ciclos por segundo, hercios, Hz, o ciclos/segundo.
La frecuencia determina el número de sucesos dentro de un tiempo dado determinado (generalmente 1 segundo); el número de sucesos de un proceso recurrente por unidad de tiempo, es decir, el número de repeticiones de ciclos por segundo.
La radiación es igual a propagar energía con ondas electromagnéticas.
Nos han dicho que cocinar [o calentar]alimentos con microondas no es lo mismo que radiarlos (tratarlos con radiación). Se supone que ambos procesos usan ondas de energía completamente diferentes y con intensidad diferente.
Ningún estudio oficial del FDA (Food and Drugs Administration) o del gobierno ha probado que el uso actual del microondas es dañino, pero todos sabemos que la validez de los estudios es -muchas veces de forma deliberada - muy limitada. Muchos de estos estudios, con el tiempo, se demuestra que no son exactos. Como consumidores, se nos presupone un cierto grado de sentido común a la hora de hacer nuestras valoraciones.
Toma por ejemplo los huevos y como a finales de los 60 se "probó" que eran perjudiciales para nuestra salud. Esto trajo aparejado la creación de productos que imitaban al huevo y grandes beneficios para los que los fabricaban, mientras las granjas avícolas se iban a pique.
Ahora, ciertos estudios recientes patrocinados por el gobierno están diciendo que, después de todo, los huevos no son tan malos para el consumo humano. Así que ¿a quién debemos creer y qué criterio debemos usar para decidir sobre asuntos que se relacionan con nuestra salud?
Como actualmente se difunde -a propósito- que los microondas no producen fugas en el medioambiente cuando se usan adecuadamente y tienen el diseño aprobado, la decisión acerca de usarlos o no para cocinar los alimentos, o incluso, la decisión de comprarlos, queda en cada consumidor.
Los instintos maternos son correctos.
Muchos de nosotros venimos de una generación en la que madres y abuelas que no confían en la cocina moderna del dentro fuera porque decían que no era adecuado para la mayoría de los alimentos. Mi madre se negó incluso a cocinar algo en un microondas. Tampoco le gustaba el sabor de una taza de café calentada en un microondas. Tengo que darle la razón y no puedo discutir ni una cosa ni la otra. Su propio sentido común y sus instintos le decían que cocinar en microondas no podía ser natural ni podía hacer que los alimentos tuvieran el sabor que se suponía debían tener.
Muchas otras piensan del mismo modo pero se las considera una minoría anticuada de la época anterior a los años 1970 cuando los microondas inundaron el mercado por primera vez.
Como la mayoría de los adultos jóvenes de esa época, cuando el horno microondas se hizo común, elegí ignorar la sabiduría intuitiva de mi madre y me uní a la mayoría que creía que las ventajas de cocinar con microondas eran demasiadas para creer que pudiera tener algo perjudicial.
Apúntale un tanto a la percepción de mamá porque aún sin conocer las razones científicas, técnicas o sanitarias de por qué, sencillamente sabía que los microondas no podían ser buenos, basada en cómo sabían los alimentos cuando se los cocinaba en ellos. Tampoco le gustaba cómo cambiaba la textura de esos alimentos.
Los microondas no son seguros para la leche de los niños.
Se han hecho públicas algunas advertencias pero han pasado casi desapercibidas. Por ejemplo, "Young Families" (Familias jóvenes), el Servicio de Extensión para Minessota de la University of Minnesota, publicó lo siguiente en 1989:
"Aunque los microondas calientan los alimentos rápidamente, no son recomendables para calentar los biberones. Puede que el biberón parezca fresco al tacto pero el líquido en el interior puede estar extremadamente caliente y quemar la garganta y boca del bebé.
También, la formación de vapor en un contenedor cerrado, como el biberón, podría hacerlo explotar. Calentar el biberón en un microondas puede producir pequeños cambios en la leche. En fórmulas infantiles, puede darse una pérdida de algunas vitaminas.
En el caso de que se trate de leche materna, algunas propiedades protectoras podrían destruirse. Calentar el biberón manteniéndolo bajo un chorro de agua caliente o en una ollita y luego probar en la muñeca antes de alimentar al bebé puede que tome algunos minutos más, pero es mucho más seguro".
La Dra. Lita Lee de Hawaii publicó en Lancet, el 9 de diciembre de 1989:
"Dar microondas a fórmulas infantiles convirtió algunos aminoácidos de forma trans en sus isómeros sintéticos de forma cis. Los isomeros sintéticos, sean aminoácidos de forma cis o de forma trans no son biológicamente activos.
Más aún, uno de los aminoácidos, la L-prolina, se convirtió en su isómero-d, que es conocido por ser neurotóxico (tóxico para el sistema nervioso) y nefrotóxico (tóxico para los riñones). Ya es suficientemente malo que muchos niños no sean amamantados, encima ahora se les da leche falsa (fórmulas infatiles) que se vuelve más tóxica al calentarla con microondas."
La sangre calentada en microondas mata a un paciente.
En 1991, hubo un juicio en Oklahoma relacionado con uso hospitalario de un horno microondas para calentar la sangre necesaria en una transfusión. El caso involucraba a una paciente de cirugía de cadera, Norma Levitt, que murió por una simple transfusión de sangre.
Parece que la enfermera calentó la sangre en un microondas. Esta tragedia destaca que hay mucho más en calentar con microondas que lo que nos han dado a creer. La sangre para las transfusiones habitualmente se calienta, pero no en horno microondas. En el caso de la Sra. Levitt, las microondas alteraron la sangre y eso la mató.
Resulta obvio que esta forma de calentamiento por radiación de microondas hace algo a las sustancias que calienta. También es bastante evidente que las personas que procesan comida en un microondas también están ingiriendo estos algos desconocidos.
Debido a que el cuerpo es electroquímico por naturaleza, cualquier fuerza que interrumpa o cambie los sucesos electroquímicos humanos afectará la fisiología del cuerpo. Esto se describe con más detalle en el libro de Robert O. Becker, "The Body Electric" (La Eléctrica(1) del cuerpo), y en el libro de Ellen Sugarman, "Warning, the Electricity Around You May Be Hazardous to Your Health" (Cuidado: la electricidad que te rodea puede ser peligrosa para tu salud).
Hechos y evidencias científicas.
En el "Comparative Study of Food Prepared Conventionally and in the Microwave Oven" (Estudio comparativo sobre comida preparada de forma convencional y comida preparada en horno microondas), publicado por Raum & Zelt en 1992, 3(2):43, se dice:
"Una hipótesis básica de la medicina natural establece que la introducción en el cuerpo humano de moléculas y energías, a las que no está acostumbrado es mucho más probable que causen daño que beneficio.
La comida de microondas contiene tanto moléculas como energías que no están presentes en la comida cocinada de la forma que los humanos lo vienen haciendo desde el descubrimiento del fuego. La energía de microondas del sol y otras estrellas se basa en corriente directa (DC).
Las microondas producidas artificialmente, incluyendo la de los hornos microondas, se producen por corriente alterna y fuerzan un billón o más de cambios de polaridad por segundo en cada molécula de alimento que golpean.
La producción de moléculas antinaturales es inevitable. Los aminoácidos naturales, se ha observado, pasan por cambios isoméricos (cambios en su forma morfológica) y también por transformaciones hacia formas tóxicas bajo el impacto de las microondas producidas en hornos.
Un estudio de corta duración encontró cambios significativos y preocupantes en la sangre de individuos que consumían vegetales y leche cocidos o calentados en microondas. Ocho voluntarios tomaron varias combinaciones de los mismos alimentos cocinados de formas diferentes.
Todos los alimentos que fueron procesados usando microondas causaron cambios en la sangre de los voluntarios. Los niveles de hemoglobina descendieron y los niveles generales de células blancas y colesterol aumentaron. Los linfocitos disminuyeron.
Se emplearon bacterias luminosas (que emiten luz) para detectar los cambios energéticos en la sangre. Se encontraron aumentos significatvos en la luminosidad de estas bacterias cuando se las expuso a suero sanguíneo extraído después de haber consumido alimentos cocinados en microondas".
El estudio clínico suizo.
El Dr. Hans Ulrich Hertel, que en la actualidad está jubilado, trabajó durante muchos años como científico de alimentos con una de las principales empresas de alimentación suizas que opera a nivel internacional. Hace algunos años, lo despidieron por cuestionar algunos de los procesos de producción que desnaturalizaban los alimentos.
En 1991, él y un profesor de Universidad de Lausana publicaron un artículo de investigación en el que decían que los alimentos cocidos en hornos microondas podían suponer un mayor riesgo para la salud que aquellos cocinados con métodos convencionales.
También salió publicado un artículo en el número 19 del "Journal Franz Web", en el que se aseveraba que el consumo de alimentos cocinados en hornos microondas tenía efectos cancerígenos sobre la sangre. A continuación apareció el artículo de investigación. En la portada de la revista había una foto de la personificación de la muerte sosteniendo un horno microondas en una de sus manos.
El Dr. Hertel fue el primer científico en concebir y llevar a cabo un estudio clínico de calidad sobre los efectos que los nutrientes expuestos a microondas tienen sobre la sangre y la fisiología del cuerpo humano.
Su estudio, pequeño pero perfectamente controlado, mostró el poder degenerativo producido en los hornos microondas y en los alimentos procesados en los mismos. La conclusión científica demostró que cocinar con microondas alteraba los nutrientes en los alimentos y, que hubo cambios en la sangre de los participantes que podían deteriorar el organismo humano.
El estudio científico de Hertel fue llevado a cabo junto con el Dr. Bernard H. Blanc del Swiss Federal Institute of Technology (Instituto Federal Suizo de Tecnología) y con la University Institute for Biochemistry (Instituto Universitario de Bioquímica).
Con intervalos de dos a cinco días, los voluntarios del estudio tomaron una de las siguientes variaciones de alimento con el estómago vacío: (1) leche fresca; (2) la misma leche cocida con método convencional; (3) leche pasteurizada; (4) la misma leche fresca cocida en horno microondas; (5) vegetales ecológicos crudos; (6) los mismos vegetales, cocidos con método convencional; (7) los mismos vegetales congelados, descongelados en horno microondas; y (8) los mismos vegetales cocinados en horno microondas.
Una vez que se aisló a los voluntarios, se les tomó muestras de sangre inmediatamente antes de comer. Después, se les siguió tomando muestras de sangre a intervalos definidos después de consumir la leche o los vegetales indicados en el párrafo anterior.
Se descubrieron cambios significativos en las muestras de sangre de los intervalos siguientes a haber consumido alimentos cocidos en horno microondas. Estos cambios incluían una disminución en todos los valores de hemoglobina y colesterol, especialmente la relación de los valores HDL (colesterol bueno) y LDL (colesterol malo).
Los linfocitos (células blancas de la sangre) mostraron una disminución a corto plazo más llamativa después de haber consumido alimentos cocinados en microondas que después de haber consumido cualquiera de las otras variantes. Cada uno de estos indicadores señalaba degeneración.
Además, existía una relación altamente significativa entre la cantidad de energía microonda en los alimentos de prueba y el poder luminoso de las bacterias luminosas expuestas a la sangre de las personas que consumieron dichos alimentos.
Esto llevó al Dr. Hertel a la conclusión de que estas energías derivadas técnicamente podían, de hecho, pasar al hombre inductivamente al comer alimentos cocidos con microondas.
Según el Dr. Hertel:
"... Los hematólogos se toman muy en serio la leucocitosis, que no pueden explicar por desviaciones normales diarias. Los leucocitos son en muchas ocasiones signos de efectos patogénicos en el sistema orgánico, como por ejemplo envenenamiento y daño celular.
El incremento de leucocitos con los alimentos cocinados con microondas fue más pronunciado que con el resto de variantes. Al parecer, estos incrementos fueron totalmente ocasionados por consumir sustancias expuestas a la acción del microondas.
Este proceso se fundamenta en principios físicos que han sido ya confirmados en la literatura científica. El aparente añadido de energía que mostraron las bacterias luminosas fue simplemente una confirmación adicional.
La literatura científica sobre los efectos dañinos de la radiación directa de microondas sobre sistemas vivos es extensa. Por lo tanto, es sorprendente tomar conciencia del poco esfuerzo que se ha puesto en reemplazar esta técnica perjudicial de microondas con tecnología más acorde a nuestra naturaleza.
Las microondas producidas técnicamente se basan en el principio de corriente alterna. Los átomos, moléculas y células golpeadas por esta radiación electromagnética se ven forzadas a invertir polaridad 1-100 billones de veces por segundo.
No hay átomos, moléculas o células de ningún sistema orgánico capaces de soportar semejante poder destructivo y violento durante un período largo de tiempo, ni siquiera a niveles de energía del marco de los milivatios.
De todas las sustancias naturales -que son polares- el oxígeno de las moléculas de agua son las que reaccionan con más sensibilidad. Así es como se genera calor al cocinar en microondas, por fricción violenta en moléculas de agua.
Las estructuras moleculares se separan, las moléculas se deforman por acción de la fuerza, llamado isomerismo estructural, y por lo tanto su calidad queda dañada. Al contrario que en los métodos convencionales de cocción en los que el calor se transfiere por convección de fuera a dentro.
La cocción por microondas empieza desde dentro de las células y moléculas donde hay agua y allí la energía se transforma en calor por fricción.
Además de los efectos del calor por fricción violeta, a los que se llama efectos térmicos, también están los efectos atérmicos que casi nunca se han tomado en cuenta. Estos efectos atérmicos no son medibles de momento, pero también pueden deformar las estructuras de las moléculas y tener consecuencias cualitativas.
Por ejemplo, el debilitamiento de las membranas celulares por microondas se usan en el campo de la tecnología de alteración genética. Debido a la fuerza involucrada, las células se rompen, neutralizando de esta forma su potencial eléctrico, es decir la propia vida de la célula, entre la parte externa y la interna de las membranas de la misma.
Las células dañadas se vuelven presa fácil de virus, hongos y otros microorganismos. Se suprimen los mecanismos naturales de reparación y las células se ven forzadas a adaptarse a un estado de emergencia de energía, cambian de respiración aeróbica a respiración anaeróbica. En vez de producir agua y dióxido de carbono, la célula se envenena y produce peróxido de hidrógeno y monóxido de carbono.
Las mismas deformaciones violentas tienen lugar en nuestro cuerpo cuando nos exponemos directamente a microondas o a un radar, y también tienen lugar en las moléculas de los alimentos cocinados en horno microondas.
La radiación provoca destrucción y deformación de las moléculas de los alimentos. La cocción por microondas también crea nuevos compuestos, llamados compuestos radiolíticos, que son fusiones desconocidas que no se encuentran en la naturaleza. Los compuestos radiolíticos se crean por descomposición (deterioro) molecular resultado de la radiación directa.
Los fabricantes de hornos microondas insisten en que los alimentos irradiados y cocinados en microondas no tienen ningún incremento significativo en compuestos radiolíticos en comparación con los alimentos cocinados, horneados o procesados por métodos convencionales.
La evidencia clínica científica presentada aquí demuestra que es sencillamente una mentira. En América, ni las universidades ni el estado federal han llevado a cabo pruebas sobre los efectos que tiene en nuestro cuerpo comer alimentos cocinados en microondas. ¿No es un poco raro?
Les preocupan más los estudios sobre qué ocurre si la puerta de un microondas no cierra bien. De nuevo, es el sentido común lo que nos dice que en lo que deberían poner su atención es en lo que sucede a los alimentos cocinados dentro del microondas.
Como la gente consume alimentos alterados, ¿no resulta coherente preocuparse por como esas mismas moléculas deterioradas van a afectar nuestra propia estructura celular?
Las acciones de la industria van dirigidas a ocultar la verdad.
Tan pronto los doctores Hertel y Blanc publicaron sus resultados, las autoridades reaccionaron. Una organización comercial poderosa, la Asociación Suiza de Comerciantes y Empresarios de Aparatos Eléctricos de Uso Doméstico, conocido como FEA, golpeó rápidamente en 1992.
Forzaron al Presidente del Tribunal de Seftigen, Cantón de Berna, a emitir una orden de silencio contra los doctores Hertel y Blanc. En Marzo de 1993, el Dr Hertel fue condenado por "interferir con el comercio" y se le prohibió publicar los resultados de sus estudios. El Dr. Hertel se mantuvo en sus trece y le plantó cara a esta prohibición durante años.
No hace mucho, esta decisión fue revertida por una sentencia dictada en Estrasburgo, Austria, el 25 de agosto de 1998. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, sostuvo que la decisión tomada en 1993, constituía una violación de los derechos del Dr. Hertel.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos también decidió que la orden de silencio librada por el Tribunal Suizo en 1992 contra el Dr. Hertel, en la que se le prohibía declarar que los hornos microondas eran peligrosos para la salud humana, era contraria al derecho de libertad de expresión. Además, sentenció a Suiza a compensar económicamente al Dr. Hertel.
Carcinógenos en los alimentos expuestos a microondas.
En el libro de la Dra. Lita Lee, "Health Effects of Microware Radiation-Microwave Ovens" (Efectos sobre la salud de la radiación de microondas y los hornos microondas), así como en los números de marzo y septiembre de 1991 de "Earthletter", ella afirmó que todo horno microondas suelta radiación electromagnética, daña el alimento y convierte las sustancias cocinadas en él en productos tóxicos orgánicos peligrosos y carcinógenos.
Subsiguientes investigaciones que se resumen en este artículo revelan que los hornos microondas son mucho más peligrosos de lo que a priori se creyó.
A continuación hacemos un resumen de unas investigaciones rusas publicadas por el Atlantis Raising Educational Center de Portland, Oregon.
  • Se formaron carcinógenos virtualmente en todos los alimentos testados.
  • Ningún alimento fue expuesto a más cocción por microonda que la necesaria para conseguir el propósito, es decir, cocinar, descongelar o calentar. Esto es un resumen de los resultados:
  • Exponer a la acción del microondas carnes preparadas durante el tiempo necesario para asegurar un consumo adecuado provocó la formación de nitrosaminas, un conocido carcinógeno.
  • Exponer a la acción del microondas leche y granos de cereales convirtió algunos de sus aminoácidos en carcinógenos.
  • Descongelar fruta congelada convirtió su contenido de glucósidos y galactósidos en sustancias carcinógenas.
  • Una exposición extremadamente breve de vegetales crudos, cocidos y congelados convirtió los alcaloides en carcinógenos.
  • En plantas expuestas a la acción del microondas, especialmente vegetales raíz, se formaron radicales libres carcinógenos.
Disminución del valor nutricional.
Los investigados rusos también informaron de una marcada aceleración de la degradación estructural que lleva a una disminución del valor alimenticio de entre 60 y 90% en todos los alimentos testados. Entre los cambios observados se encuentra:
  • Disminución de la biodisponibilidad del complejo de vitamina B, vitamica C, vitamina E, minerales esenciales y factores lipotrópicos en todos los alimentos testados.
  • Distintas clases de daño en varias sustancias de las plantas, tales como alcaloides, glucósidos, galactósidos y nitrilósidos.
  • Degradación de las nucleoproteínas en carnes.
Se descubre la Enfermedad del Microondas.
Los investigadores rusos hicieron investigaciones en miles de trabajadores que habían sido expuestos a microondas durante el desarrollo del radar en los años 1950. Sus investigaciones mostraron problemas de salud tan serios que los llevó a establecer límites tan estrictos como 10 micro-vatios de exposición para trabajadores y 1 micro-vatio para civiles.
En el libro de Robert O. Becker, "The Body Electric" (La eléctrica(1) del cuerpo), él describe la investigación llevada a cabo por los investigadores rusos acerca de los efectos sobre la salud de la radiación de microondas, que ellos denominan "enfermedad del microondas". En la página 314 de su libro, Becker dice:
"... Sus primeros signos (de la "enfermedad del microondas") son presión baja y pulso lento. Las manifestaciones siguientes, mucho más conocidas, son excitación crónica del sistema nervioso simpático (síndrome de estrés) y presión alta.
Esta fase también incluye dolor de cabeza, mareos, dolor de ojos, insomnio, irritabilidad, ansiedad, dolor de estómago, tensión nerviosa, incapacidad de concentrarse, pérdida de cabello, más una creciente incidencia de apendicitis, cataratas, problemas reproductivos y cáncer.
A los síntomas crónicos, suceden crisis de agotamiento adrenal y enfermedad de corazón isquémico (bloqueo de arterias coronarias y ataques al corazón)..."
Según la Dra. Lee, los cambios se observan en la química de la sangre y en el índice de ciertas enfermedades entre los consumidores de alimentos expuestos a microondas. Los síntomas mencionados pueden fácilmente ser causados por las observaciones que se relacionan más abajo. A continuación hay un ejemplo de esos cambios:
  • Se observaron desórdenes linfáticos, que conducen a una disminución de la capacidad de prevenir determinado tipo de cánceres.
  • Se observó un incremento en el índice de formación de células cancerígenas en la sangre.
  • Se observó un aumento en el índice de cánceres de estómago y de intestino.
  • Se observaron índices más altos de desórdenes digestivos y un deterioro gradual de los sistemas de eliminación.
    Conclusiones de las investigaciones sobre microondas.
    Estas fueron las investigaciones alemanas y rusas más significativas en relación a los efectos biológicos de las microondas:
    El estudio inicial fue llevado a cabo por los alemanes durante la campaña militar de Barbarossa, en la Humbolt-Universitat de Berlín (1942-1943).
    Desde 1957 a la actualidad (hasta el final de la guerra fría), las investigaciones rusas se llevaron a cabo en el Instituto de Radio Tecnología de Kinsk, en la Región Autónoma de Bielorusia y en el Instituto de Radio Tecnología en Rajasthan, en la Región Autónoma Rossiskaja, ambas en la antigua URSS.
    En la mayoría de los casos, los alimentos usados para los análisis de investigación fueron expuestos a propagación de microondas a un potencial energético de 100 kilovatios/cm3/segundo, hasta el punto considerado aceptable para consumo humano normal. Los efectos observados por los investigadores alemanes y rusos se presentan en tres categorías:
    Categoría I, Efectos que producen cáncer.
    Categoría II, Destrucción de los nutrientes de los alimentos.
    Categoría III, Efectos biológicos de la exposición.
Efectos que producen cáncer.
Categoría I
-Creación de un efecto vinculante a la radioactividad en la atmósfera causando por lo tanto un marcado aumento en la cantidad de saturación de partículas alfa y beta de los alimentos;
-Creación de agentes productores de cáncer dentro de los compuestos(*) de proteína hidrolizada en leche y granos de cereales (*)=se trata de proteínas naturales que se dividen en fragmentos antinaturales por la adición de agua.
-Alteración de sustancias elementales de los alimentos, que causan desórdenes en el sistema digestivo debido a un catabolismo(*) inestable de los alimentos expuestos a microondas. (*)Proceso metabólico de desintegración.
-Debido a alteraciones químicas en los componentes del alimento, se observó mal funcionamiento dentro del sistema linfático, causa de una degeneración de la capacidad inmune del cuerpo respecto de determinadas formas de neoplasias (crecimientos anormales de tejido).
-El consumo de alimentos expuestos a microondas causó un incremento en el porcentaje de células cancerosas dentro del suero sanguíneo (células tumorales tales como sarcoma).
-Las emisiones de microondas causó alteración en el comportamiento catabólico (proceso metabólico de desintegración) de glucósidos y galactósidos en frutas congeladas cuando se las descongeló de esta manera.
-La emisión de microondas causó alteración del comportamiento catabólico de los alcaloides de plantas cuando vegetales crudos, cocidos o congelados fueron expuestos a microondas aunque la exposición fuera mínima en duración.
-Se formaron radicales libres causantes de cáncer dentro de determinadas formaciones moleculares de minerales traza en algunas sustancias de la planta, especialmente vegetales-raíz crudos.
-En un porcentaje estadísticamente alto de personas, los alimentos expuestos a microondas causaron crecimientos cancerígenos en estómago e intestino, así como una degeneración generalizada de los tejidos celulares periféricos, con una destrucción gradual de la función de los sistemas digestivo y de excreción.
Categoría II
Destrucción de los nutrientes de los alimentos.
La exposición a las microondas provocó disminuciones significativas en el valor nutritivo de todos los alimentos investigados. Los siguientes son los hallazgos más importantes:


1. Una disminución en la biodisponibilidad (capacidad del cuerpo de utilizar el nutriente) de vitaminas del complejo B, vitamina C, vitamina E, minerales esenciales y lipotrópicos en todos los alimentos.
2. Una pérdida entre el 60 y el 90% del contenido de energía vital de todos los alimentos testados.
3. Una reducción en el comportamiento metabólico y capacidad de integración de alcaloides, glucósidos, galactósidos y nitrilósidos.
4. Destrucción del valor nutritivo de las nucleoproteínas en las carnes.
5. Una marcada aceleración de la desintegración estructural en todos los alimentos.
Categoría III
Efectos biológicos de la exposición.
La exposición a la emisión de microondas también tuvo un efecto negativo impredecible sobre el bienestar biológico general de los seres humanos.
Esto no se descubrió hasta que los rusos experimentaron con equipos muy sofisticados y hallaron que ni siquiera hacía falta que una persona ingiriera los alimentos expuestos a microondas: simplemente la exposición a su campo energético era suficiente para causar tales efectos secundarios. En 1976 se prohibió por ley el uso de tales aparatos de microondas en la URSS.
Estos son los efectos secundarios enumerados:


1. Una desintegración del campo de energía vital humana en aquellos que fueron expuestos a hornos microondas durante la investigación, con efectos secundarios sobre el campo energético humano de creciente y más larga duración.
2. Una degeneración de los paralelos de voltaje celular durante el proceso de utilización del aparato, especialmente en sangre y zonas linfáticas.
3. Una degeneración y desestabilización energética en la utilización del alimento dentro de los procesos metabólicos humanos.
4. Una degeneración y desestabilización de la capacidad de la membrana celular interna durante la transferencia de procesos catabólicos al suero sanguíneo desde el sistema digestivo.
5. Degeneración e interrupciones de los impulsos eléctricos nerviosos dentro del cerebro (la porción frontal del cerebro donde reside el pensamiento).
6. Degeneración y destrucción de circuitos nerviosos eléctricos y pérdida de la simetría del campo energético en los plexos nerviosos tanto en la parte anterior como posterior de los sistemas nervioso central y autónomo.
7. Pérdida de equilibrio y circulación de las fuerzas bioeléctricas dentro del sistema de activación reticular ascendente (el sistema que controla la función de conciencia).
8. Una pérdida acumulativa a largo plazo de energía vital en humanos, animales y plantas localizadas dentro de un radio de 500 metros del equipo operativo.
9. Efectos residuales de larga duración [es decir, permanentes] de "depósitos" de magnetismo se localizaron a lo largo de todo el sistema nervioso y linfático.
10. Desestabilización e interrupción de la producción de hormonas y del mantenimiento del equilibrio hormonal en sujetos femeninos y masculinos.
11. Niveles marcadamente más elevados de alteración de ondas cerebrales en los patrones de señal de onda alfa, theta y delta en personas expuestas a campos de emisión de microondas.
12. Debido a esta alteración de las ondas cerebrales, se detectaron efectos fisiológicos negativos, incluyendo pérdida de memoria, pérdida de la capacidad de concentración, supresión del umbral emocional; enlentecimiento de los procesos intelectuales y episodios de sueño interrumpido en un porcentaje estadísticamente mayor de individuos expuestos de manera continuada a los efectos de campos de emisión de aparatos de microondas, tanto si se trata de aparatos para cocinar o de estaciones de transmisión.
Conclusiones de la investigación forense.
De las veintiocho indicaciones enumeradas más arriba, se desprende que el uso de aparatos de microondas es definitivamente no recomendable y con la decisión del gobierno soviético en 1976, la opinión científica actual en muchos países en lo relativo al uso de tales aparatos queda claramente en evidencia.
Debido al problema de los residuos magnéticos aleatorios y su condición vinculante dentro de los sistemas biológicos del cuerpo (Categoría III:9), que en última instancia pueden afectar los sistemas neurológico, principalmente el cerebro y los plexos nerviosos, puede producirse una despolarización a largo plazo de los circuitos neuroeléctricos de los tejidos.
Debido a que estos efectos pueden causar virtualmente daño irreversible a la integridad neuroeléctrica de los distintos componentes del sistema nervioso (I.R. Luria, Novosibirsk 1975a), la ingestión de alimentos expuestos a microondas está claramente contraindicada en todos los aspectos.
Su efecto magnético residual pueden volver a los componentes receptores psico-neuronales del cerebro más susceptibles a influencia psicológica por medio de campos de frecuencia de microonda inducida artificialmente desde estaciones de transmisión y redes de emisión de TV.
Investigaciones neuro-psicológicas soviéticas realizadas en Uralyera y Novosibirsk (Luria y Perov, 1974a, 1975c, 1976a) sugieren la posibilidad teórica de una influencia psico-telemétrica (es decir la capacidad de afectar el comportamiento humano mediante señales de radio transmitidas a frecuencias controladas), que puede causar un campo de energía psicológica subliminal involuntaria en consonancia con aparatos de microondas en funcionamiento.
Documento de investigación forense
Preparado por William P. Kopp
A.R.E.C. Research Operations
T061-7R10/10-77F05
Prioridad: Clase I R001a
Diez razones para tirar tu horno microondas.
Las conclusiones de los estudios científicos clínicos suizos, rusos y alemanes, no nos permiten seguir ignorando el horno microondas que está en nuestra cocina. Basados en esta investigación, concluiremos este artículo con lo siguiente:
  • El consumo continuado de alimentos procesados en horno microondas causa daño cerebral permanente a traves de poner en cortocircuito los impulsos eléctricos en el cerebro (despolarizando y desmagnetizando el tejido cerebral).
  • El cuerpo humano no puede metabolizar los productos desconocidos que se crean en los alimentos expuestos a microondas.
  • El consumo continuado de alimentos procesados en horno microondas detiene y/o altera la producción de hormonas femeninas y masculinas.
  • Los efectos de los nuevos productos formados en alimentos expuestos a microondas son permanentes en el cuerpo humano.
  • Se reducen o alteran los minerales, vitaminas y nutrientes de todos los alimentos procesados en microondas de forma que el cuerpo humano se queda con poco o nada, o absorbe compuestos alterados que no pueden asimilarse.
  • Los minerales de los vegetales, cuando se los cocina en horno microondas, se convierten en radicales libres cancerígenos.
  • Los alimentos procesados en microondas causan crecimientos cancerosos en el estómago y los intestinos. Esto puede explicar el rápido incremento en la tasa de cáncer de colon en América.
  • El consumo prolongado de alimentos procesados en microondas causa un aumento de células cancerosas en la sangre humana.
  • El consumo continuado de alimentos procesados en microondas causa deficiencias en el sistema inmune a través de alteraciones en la glándula linfática y suero sanguíneo.
  • El consumo de alimentos procesados en microondas provoca pérdida de memoria, de concentración, inestabilidad emocional y reducción de la inteligencia.
               fuente http://www.jaja.cl/?a=520

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9.3.12

Cancer de Prostata : prevencion con extracto de granada


Estudio realizado por el Departamento de Dermatología de la Escuela de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Wisconsin, Madison Publicado en Marzo de 2012 en Journal carcinogenesis.

En pruebas anteriores hemos presentado pruebas de que el consumo oral de extracto de fruta de la granada inhibe el crecimiento de células de cáncer de próstata (CaP) en ratones. Para conocer pruebas convincentes de los efectos quimiopreventivos de los extractos de la fruta granada contra cáncer de próstata, su eficacia requiere ser evaluado en modelos animales que simulan la enfermedad humana. En este sentido, aportamos pruebas de notables efectos inhibitorios del crecimiento de tumores de ZFP utilizando el modelo de Charlot.

Los ratones recibieron 0,1 y 0,2% PFE, equivalente a 250 y 500 ml de zumo de la granada, en el agua potable, empezando a las 6 semanas y se examinaron en las semanas 12, 20 y 34 de edad. En el agua alimentada por el grupo, los ratones 100% desarrollado tumores palpables por 20 semanas en comparación con sólo el 30 y el 20% en el 0,1 y el 0,2% de los grupos suplementados con extracto de fruta de la granada, respectivamente. A los 34 semanas, los tumores palpables se observaron en 70 de 0,1% y sólo 50 de 0,2% ratones suplementados con extracto de fruta de la granada. En comparación con la mediana de supervivencia de 43 semanas en ratones alimentados con el agua, el 0,1 y el 0,2% ratones suplementados con extracto de fruta de la granada esperanza de vida media de 73 y 92 semanas, respectivamente. En comparación con los respectivos grupos alimentados con agua, ninguno de los ratones en los grupos suplementados con extracto de fruta de la granada exhibió metástasis a cualquiera de los órganos distantes a las 20 semanas y sólo 20% ratones expuestos metástasis a las 34 semanas de edad. Muchos de los animales suplementados con extracto de fruta de la granada tenía múltiples focos de carcinoma bien diferenciado, pero no hay evidencia de carcinoma pobremente diferenciado.

La suplementación de con extracto de fruta de la granada resultó en la inhibición simultánea y significativa de las vías IGF-I/Akt/mTOR en los tejidos de la próstata y los tumores.

Con los datos obtenidos sugerimos que se deben realizar ensayos clínicos con pacientes humanos con alto riesgo en desarrollar cáncer de próstata.

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22.2.12

Vida sana es más económica

  
Vida sana, un beneficio en todos los sentidos
Las cualidades de une vida saludable son innumerables: mejora la calidad de vida, tanto el aspecto físico como psicológico. Pero, estos no serían las únicos beneficios…


A pesar del mito que reza que realizar una dieta equilibrada y hacer deporte, conllevan un presupuesto abultado, se ha comprobado que lejos está de la verdad. El dinero que implicaría una vida saludable, no sería más que una excusa para no llevarla a cabo. "Los productos light o sanos son más caros que los regulares", "comer sano es para ricos" o "pagar un gimnasio o hacer un deporte no está al alcance del presupuesto de cualquiera", son algunas de las mentiras que decimos para no cambiar nuestro estilo de vida.

La desmitificación de esta suposición fue corroborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que a través de una investigación comparó los dos perfiles de vida , uno regular y otro más saludable. ¿Cuál fue el resultado?

Quienes llevaban una vida más sana habían ahorrado un 30 por ciento anual en sus gastos. "A nivel colectivo, la reducción del gasto sanitario que supone una población sana se cuenta por cientos de millones de euros" afirmó la OMS. La investigación además informó que el 75 por cierto de la carga social de enfermedad en Europa, medida utilizada para cuantificar la pérdida de salud de una población, está ligada al comportamiento individual y a la combinación de hábitos perjudiciales.
Es decir, no sólo implica un ahorro económico sino uno mucho más importante, la perspectiva de vida se amplía tanto en su cantidad como calidad a futuro.

Pero, ¿cuándo hablamos de vida sana de qué estamos hablando? La Organización Mundial de la Salud recomienda eliminar absolutamente el alcohol y el tabaco, y realizar ejercicio de manera regular. Sobre la alimentación si se debería incorporar a la dieta más cereales, frutas y verduras y restringir las grasas y los azúcares. Una recomendación productiva que realiza la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios de España) es hacer la compra de alimentos con una lista cerrada. Es decir, anotar lo que se necesita y así será más difícil caer en la tentación. Otro consejo es comprar siempre productos de temporada que benefician al sabor, la dieta y el bolsillo.

La OCU concuerda con la OMS que una vida saludable implica un ahorro notable para el consumidor. La estimación de esta organización sostiene que una dieta sana supone un promedio de 127 euros al mes, mientras que una rutina regular (al que, además de una dieta menos sana, se le suma consumo de alcohol y tabaco) supone unos 235 euros mensuales, el doble. Una de las recomendaciones más fuertes de la OCU y la OMS es implementar la toma de conciencia sobre abandonar el cigarrillo y sumar a la vida cotidiana, al menos un tiempo, para el ejercicio físico.

"Llevar una vida activa reduce el riesgo cardiovascular, de hipertensión, de diabetes tipo 2, de algunos cánceres y de obesidad", informa la Organización de Consumidores y Usuarios.

El precio de los gimnasios o de un club deportivo, es sólo una excusa para no comenzar.
Caminar, trotar o andar en bicicleta, son algunas de las opciones para ejercitar el cuerpo sin gastar.
"La vida sana es para los que más tienen", es un mito.
Hoy es un buen día para comenzar a tener una mejor calidad de vida.
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Dr. JUANJOSE FAJARDO BENAVIDES
médico cirujano -Homeopatía-Dermatología
Colegio médico peruano 23041
Registro Nacional Especialidad 9489
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QUEMAR GRASAS y Bajar de Peso sin dejar de comer

¿COMO QUEMAR GRASAS COMIENDO?
 
Son muchas las personas que tienen conocimientos de la nutrición funcional y la usan en su día a día. Los alimentos considerados "funcionales" reaccionan como remedios para algunos, pero pueden causar reacciones negativas en otros, por lo cual es importante un análisis previo por parte de un especialista
Los alimentos funcionales son verdaderos hallazgos, que no tienen contraindicaciones y permiten la quema de grasa de forma natural. A continuación veremos cómo cada uno de ellos actúa en el organismo.
- Peras
Llene su frutera de peras si quiere perder peso. Estudios realizados en la Universidad de Río de Janeiro confirman las cualidades de esa fruta. En el estudio (publicado en la revista estadounidense Nutrition), mujeres que comieron tres peras por día ingirieron menos que el total de calorías diarias permitidas, y perdieron más peso que aquellos que no comieron las frutas. Ricas en fibras, las peras ayudan a la sensación de saciedad, lo que evita posteriores "atracones" durante las comidas principales. Una pera antes de la comida ayuda a reducir la sensación de hambre, pero recuerde comerla con la cáscara: la mayor parte de la fibra está en ella.
- Naranjas
Según investigadores de la Scripps Clinic, en California, Estados Unidos, la ingestión de media naranja antes de cada comida puede ayudar en la pérdida de peso, en una proporción de hasta un kilo por semana, incluso si no modifica nada en absoluto en el resto de su dieta. Los autores del estudio afirman que los componentes de la fruta ayudan a regular la insulina, hormona que almacena la grasa.
¿Cómo comerlas?
La cáscara y la pulpa, cortadas en pedazos y agregadas a la ensalada de hojas verdes como la espinaca. También son un buen acompañamiento para los camarones o simplemente descascaradas, cortadas en tiritas.
- Almendras
Comer un puñado diario de almendras, junto con una dieta saludable, puede ayudarlo a adelgazar, como sugiere la investigación realizada en el International Journal of Obesity, de Estados Unidos. La prueba que sustentó el estudio pidió a los participantes que comieran almendras a diario durante seis meses. El resultado fue que perdieron 18% de su grasa corporal. Quienes siguieron una dieta con la misma cantidad de calorías y proteínas, pero sin almendras, y con carbohidratos complejos (como galletitas saladas de trigo) perdieron sólo 11 por ciento.
¿Cómo comerlas?
Excelentes para tenerlas a mano como pequeñas meriendas o picadas y agregadas a yogures o jugos.

- Chocolate
¿Quién se resiste a un buen chocolate? El chocolate amargo -y otros alimentos ricos en antioxidantes, pueden ayudar a evitar la acumulación de grasa en las células del cuerpo, lo cual es el inicio de las enfermedades cardíacas y de la obesidad. Así lo confirmó una nueva investigación publicada en Taiwán por el Journal of Agriculture and Food Chemistry.
¿Cómo comerlo?
Derrita media barra de chocolate oscuro y rocíe con él las frutas de su preferencia.

- Frijoles
 
Están cargados de almidón resistente, un poderoso "quemador" de grasa; media taza tiene casi 10 gramos de almidón resistente. Si lo combina con otros alimentos ricos en almidón resistente, en la misma comida, puede quemar 25% más de grasa que de cualquier otra forma, según investigadores de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos.
¿Cómo comerlos?
En potajes vegetarianos, o escurridos en ensaladas, con cebolla, ajo y aceite

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1.8.11

Obesidad - Síndrome Metabólico

Última actualización de la noticia: 28/07/2008
                            
Obesidad es una palabra que esconde la verdad de un trastorno físico, y que ha adquirido protagonismo frente a otros términos como gordura o sobrepeso. Sin entrar en consideraciones sobre la conveniencia o no de este término, lo cierto es que hoy es el protagonista de la medicina actual y por tanto tiene un peso, nunca mejor dicho, específico en la vida de las personas de hoy y las del mañana.

Se entiende por obesidad al exceso de masa adiposa (grasa), cuantificada mediante el índice de masa corporal (IMC), que corresponde a la relación entre los kilos pesados y el cuadrado de la estatura expresado en metros.

Ahora bien, para no centrarnos en la definición de obesidad y hacer un monográfico del tema, mejor tratar una ramificación de la misma o consecuencia de ella como es el síndrome metabólico.

Definición

Se puede definir al SÍNDROME METABÓLICO, como la conjunción de varias anomalías metabólicas, y en especial a la suma de la obesidad central (abdominal) y la resistencia a la insulina.
Ahora bien, su definición real sería aquella en la que aparte de los factores mencionados (obesidad central y resistencia a la insulina), incluya al resto de alteraciones metabólicas derivadas (intolerancia a la glucosa, hipertensión arterial, nivel alto de triglicéridos,….)
Con conocimiento de esta enfermedad desde los años 20, no fue hasta la última década del siglo pasado, cuando las organizaciones, forums y centros de investigación dieron validez al término de Síndrome Metabólico como enfermedad en sí, y es por ello, que aún hoy en día, existen notables diferencias tanto en su definición, en su clasificación, en su divulgación e incluso en su nomenclatura , ya que también es conocido con otros nombres tales como Síndrome X plus, síndrome plurimetabólico, síndrome de insulinoresistencia, síndrome de Reaven, dislipemia aterogénica, etc…

Manifestación y síntomas

Malogradamente esta enfermedad no dispone de ningún  malestar que haga presagiar a la persona el padecer la misma, por lo que los pacientes que la desarrollan desconocen su existencia hasta que no es diagnosticada por un médico. Es decir, al no haber dolor específico ni síntoma claro para detectarla, una gran mayoría de los afectados viven con este síndrome sin saber que es una enfermedad grave y que está presente en su organismo.
Pese a afectar a cualquier rango de población, indistintamente de religión, sexo o cultura, es más prolífica allá donde la sociedad está más desarrollada, o sea, en los países con altos niveles de calidad de vida.
En general se estima que está afectando al 15% de la población en países como España, y algo más en los EEUU, y afecta especialmente a personas de entre los 35 y 50 años de edad, si bien los últimos estudios detectan un alarmante aumento entre la población infantil.
¿Qué síntomas pueden revelar la existencia de padecer esta enfermedad?, en principio ninguno en concreto, si bien un auto análisis personal permitirá pensar en la posibilidad de haber desarrollado o no esta enfermedad.
Principalmente uno puede presagiar el desarrollo del síndrome metabólico en función de los siguientes parámetros, y especialmente cuando se dan conjuntamente varios de ellos: Obesidad abdominal, hipertensión arterial, diabetes, colesterol, intolerancia a la glucosa, nivel alto de triglicéridos, y encima es una persona con malos hábitos en su quehacer diario: fuma, bebe, no practica ejercicio, come demasiadas grasas, sufre stress, abusa de los dulces y las bebidas azucaradas, etc…
Otro de los factores a tener en cuenta es la predisposición genética, ya que el riesgo de desarrollar la enfermedad en personas con antecedentes familiares de haberla padecido se multiplica por dos, y por tanto, conviene que aumenten el número de controles médicos para evitar su desarrollo, o en el caso de tenerla, de iniciar el tratamiento lo más pronto posible.
Sin embargo, cabe destacar que estas alteraciones metabólicas con resistencia a la insulina, también pueden afectar a personas aparentemente sanas y delgadas, dando al traste con los síntomas principales de la enfermedad. Es decir, la población debe entender que esta enfermedad puede afectar a cualquiera, y que su forma de vida puede ser el vehículo que lo aleje o acerque a padecer o no este síndrome metabólico.

Diagnóstico

El diagnóstico depende del criterio seguido para establecerlo, ya que son varios los Organismos que lo diagnostican si bien con notables diferencias entre ellos, pese a contar con unos puntos concretos que son comunes a todos.
En general y según las variantes que definen la existencia de esta enfermedad, se puede decir que se padece síndrome metabólico siempre y cuando se prescriba lo siguiente: diabetes mellitas, intolerancia a la glucosa, resistencia a la insulina y como mínimo dos de las siguientes afecciones, presión arterial alta, nivel alto de triglicéridos, insuficiencia de colesterol positivo HDL, índice de masa corporal superior a 30 Kg por metro cuadrado, o microalbumiuria.
Algún estudio sugiere que debe presentar una resistencia a la insulina un 25% superior a los valores medios de insulina en ayunas de individuos no diabéticos.
Otros señalan que la obesidad central debe ser superior a esos 30 kgs por metro cuadrado antes referido, o tener un diámetro de cintura superior a los 94 cm o según otros, de más de 100 cms.
Al llegar a consulta es importante que el especialista realice un historial clínico completo, donde quedaran reflejados los antecedentes familiares y personales, los factores de riesgo, los hábitos de vida del individuo (dieta, ejercicio físico, tabaquismo, sedentarismo, consumo de tóxicos,…), el tipo de fármacos que ha tomado, así como cualquier síntoma relacionado con la arteriosclerosis.
Posteriormente se someterá al paciente a una exploración física, haciendo especial hincapié en las siguientes pruebas: medición del perímetro abdominal, control de la presión arterial, revisión cardiológica y pulmonar, palpación de pulsos periféricos y en caso de pacientes diabéticos, realizar un fondo de ojo, examen de los pies, y por último ver los niveles de reacción neurológica a través de los reflejos y la sensibilidad.
Finalmente se realizarán otras pruebas adyacentes con el fin de completar un diagnóstico lo más elaborado posible. Aquí puede haber infinidad de pruebas que podrían ayudar a determinar la presencia de síndrome metabólico, así como la posibilidad de que se conjunten varias enfermedades, complementarias o no, e incluso puedan servir para descartar ciertas patologías. Habitualmente se componen de las siguientes: Hemograma completo, analítica bioquímica, análisis de orina y un electrocardiograma
Todo ello nos pondrá sobre aviso de un síndrome metabólico bien diagnosticado y que tratamiento en concreto necesita cada paciente.

Tratamiento

Evidentemente el mejor tratamiento depende del mejor paciente, es decir la voluntad del enfermo de poner fin a esta enfermedad y su capacidad para hacer frente a ella. Es por ello que antes de entrar en la farmacología, debe prescribirse un tratamiento personal basado en temas de nutrición, dietética y ejercicio físico.
De vital importancia es la reducción de la obesidad central mediante la práctica de ejercicio, si bien se recomienda que el deporte a practicar sea de leve a moderado (andar, correr, bicicleta, gimnasia, natación, esquí nórdico, remo,…. y no comporte riesgos coronarios (squash, paddel, escalada, submarinismo, etc…)
A ello procurar andar una media de 20 minutos al día, reducir las horas de sentarse frente al televisor, mantener un orden horario, una rutina en las comidas, eliminar el tabaco y los excitantes, y por supuesto, mantener una actitud positiva ante la vida.
En cuanto a la dieta, se trata de reducir las calorías consumidas de forma gradual, y en general de evitar ciertos alimentos, especialmente las grasas y la bollería industrial a favor de otros más sanos como las verduras, la pasta, el pan integral, las legumbres, los frutos secos, aquellos ricos en ácidos grasos tipo omega 3 como el pescado azul, el consumo de ajo, y en cuanto a bebidas pues aparte del agua, dar importancia a infusiones relajantes tipo manzanilla, hepáticas como el diente de león o digestivas como el poleo o la maría luisa. Si a esto le sumamos una reducción en el consumo de azúcar al sustituirlo por otros edulcorantes naturales como el agave, nuestro organismo sufrirá una mejora importante en poco tiempo.
Hasta aquí no sería más que la aplicación lógica de poner un orden al paciente, si bien como hemos visto es una enfermedad de enfermedades, o lo que es lo mismo, se debería hacer tratamiento para cada una de las causas que han determinado la existencia de síndrome metabólico (sobrepeso, hipertensión, triglicéridos, diabetes mellitas, facilidad de coagulación de la sangre, colesterol,….)           
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